Caldera vivió una alegre celebración de Halloween, donde familias completas se dieron cita en distintos sectores para disfrutar de la tradicional noche de disfraces. La Plaza Condell fue el punto de encuentro principal, con niñas, niños y adolescentes luciendo originales vestimentas, incluso junto a sus mascotas.
“Nos pusimos de acuerdo con nuestros amigos y salimos con algunas vestimentas a recorrer nuestra población y después nos vinimos a la plaza”, comentó José Huerta, joven de 17 años.
El Cuartel de Bomberos volvió a sorprender con su túnel del terror, iniciativa que cada año atrae a los pequeños con efectos y ambientación espeluznante. “Muchos niños salieron llorando y otros con una sonrisa, ratificando lo bien que lo habían pasado”, señaló el comandante Marcos González.
En otros sectores, agrupaciones de autos tuning mostraron vehículos decorados para la ocasión, mientras comerciantes y familias entregaron dulces y decoraron sus casas.
“Fue una jornada llena de diversión y alegría, un momento de convivencia familiar”, expresó Carola Bustamante, del almacén Jonny Mary.
Así, Caldera vivió una noche marcada por el entusiasmo, la creatividad y el espíritu comunitario.


