Las autoridades de salud de Estados Unidos están preocupadas por el rotundo aumento que experimentaron las infecciones con el hongo Candida auris. Se trata de un microorganismo muy resistente a los medicamentos y potencialmente mortal.
Generalmente, el hongo no es una amenaza para las personas sanas. Sin embargo, para quienes están muy enfermas, tienen dispositivos médicos invasivos o estadías prolongadas o frecuentan centros médicos, tienen un mayor riesgo de contraer este hongo.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) lo consideran como una "amenaza urgente", ya que a menudo es resistente a múltiples medicamentos antimicóticos.
También se propaga fácilmente en los centros de atención médica y puede causar infecciones graves con altas tasas de mortalidad.
"El rápido aumento y propagación geográfica de los casos son preocupantes y enfatizan la necesidad de vigilancia continua, la capacidad de laboratorio ampliada, pruebas de diagnóstico más rápidas y cumplimiento de la prevención y el control de infecciones comprobadas", mencionó la epidemióloga de los CDC, Meghan Lyman, autora principal del artículo sobre el seguimiento de este hongo.
Aumento de los casos por infecciones aumentaron
En el artículo se explica que C. auris se ha propagado en Estados Unidos desde que se reportó por primera vez en 2016, con un total de 3.270 casos clínicos (en los que se detecta el hongo y hay infección) y 7.413 (donde se detecta pero no hay infección) informados hasta el 31 de diciembre de 2021.
Además, según el artículo, este tipo de casos fueron tres veces más frecuentes en 2021 que en los dos años anteriores. Datos analizados de los CDC, así como los recogidos por las autoridades sanitarias a nivel local y estatal.
Estos datos muestran un aumento del porcentaje de crecimiento de las infecciones con Cándida auris, el cual pasó de ser del 44% en 2019 al 95% en 2021.
Para los investigadores, este aumento puede tener relación con las dificultades que el COVID-19 produjo en el sistema sanitario, como la escasez para desinfectar otro tipo de gérmenes o el uso de más medicamentos antimicrobianos.